Amarte a ti, es un placer

La autoestima es la capacidad de valoración, percepción y juicio de uno mismo. La forma en la que una mujer se valora es influenciada en muchas ocasiones por la percepción de amigos, familiares y conocidos. Aprendemos de nosotras mismas a partir del entorno y contexto en el que nos desenvolvemos, y esto puede afectar de forma negativa o positiva nuestra auto imagen.

Amarnos depende en muchas ocasiones del concepto que tenemos de nosotras mismas en comparación con lo que creemos correcto o aceptable conforme a la sociedad en la que crecemos. Somos un reflejo de lo que otros, de manera consciente o inconsciente, dijeron que teníamos que ser.

Desde pequeñas, a las mujeres se nos enseña a ser madres dándoles muñecos con formas de bebes, con los cuidados que ello implica; a atender a los demás porque algún día seremos esposa y deberemos llevar una casa; es decir, nos enseñaron a amar más a otros que a nosotras mismas, a mostrar amor a través de abandonarnos a la atención de la pareja, hijos, ancianos de la familia, las mascotas, etc., y aunque a primera vista suena atemporal, seguimos viviendo como sociedad con cuentos de princesas e historias hollywoodenses que muestran el sacrificio de una mujer como la máxima glorificación de la misma.

Crecimos viendo a mujeres abnegadas y sacrificadas, vivimos como madres y abuelas que le daban un lugar preferencial al hombre de la casa; familias lamentándose por no tener varones entre su descendencia. Y aún escuchamos acusaciones injustas en contra de una mujer que comete los mismos actos que un hombre, pero éste sin tener castigo alguno.

Con estos antecedentes, es común escuchar a mujeres de todas las edades renegar de su condición de fémina o de los sacrificios que ello representa. Lo más difícil es que muchas de estas voces no son escuchadas ni por ellas mismas, algunas optan por el descuido, el abandono, la agresión a otras mujeres (hijas, madres, hermanas, etc.), con la idea de derrocar eso para lo que nunca le alcanzará a nadie: la perfección.

¿Y por qué se nos exige ser perfectas y no felices? ¿Por qué debemos tener determinada figura o talla, y no niveles adecuados de colesterol o un examen anual que nos ayude a prevenir enfermedades? ¿Por qué debemos cumplir con un estereotipo de belleza y no con uno de salud? ¿Por qué debemos buscar que nos quieran y no querernos a nosotras mismas?

Estas preguntas llevaría tiempo incalculable contestarlas, pero estoy segura que, fortaleciendo la autoimagen y el auto-concepto de cada mujer, en poco tiempo ni siquiera serían parte del repertorio social.

¿Te amas lo suficiente?

“Sé lo que quieras ser” es una frase icónica de una legendaria muñeca que buscó darles a las niñas más opciones que el solo ser madres, lo cual fue revolucionario para la época, pero increíblemente visionario para la construcción de las mujeres del futuro: Se, y ser es parte de dar valía a una mujer, amar a la mujer.

Cuando se ama a una mujer, se cuida de ella. De su sentir, de su pensar, de su vivir, de su salud, de su futuro profesional, de todo lo que ella quiera para sí… y no hay nadie mejor para encargarse de eso, que nosotras mismas.

Para lograr cuidar de nosotras, primero hay que aprender a amarnos, aceptar nuestro cuerpo, nuestro origen, contemplar nuestros logros y aciertos, saber que somos merecedoras de lo bello que nos sucede, de las metas que queremos alcanzar, de vivir la vida como nosotras dispongamos, sin priorizar a otros todo el tiempo.

Tomemos la bella responsabilidad de cuidar de nosotras mismas, ir por el trabajo que queremos, cortemos esa relación que no nos hace sentir bien y busquemos ayuda profesional para no recaer.

Amanezcamos a diario con la dicha de ser nosotras, y tener otra oportunidad de construir el imperio que deseemos para nosotras mismas; sin embargo, para ello debemos desaprender todas aquellas ideas de lo que según los demás debemos ser y aprendamos a ser quien de verdad queremos ser… Y me encantaría acompañarte en ese proceso.

¿Quieres saber más de tu autoestima? Te dejo un pequeño test y la puerta abierta del consultorio porque confío en que puedes ser más de lo que te dijeron que podías.

¡Encuentra el placer de amarte!

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