Escrito por: Davinia Paz
Sabías que... A principios del siglo XX, la medicina todavía tenía sus limitaciones, y entonces se aprovechaban más los recursos que ofrecía la naturaleza para mejorar la salud, siendo el sol una de ellas.
Muchos centros médicos sacaban las camas de los enfermos al exterior, porque estaban conscientes del poder de curación del sol. Cuando aún no había antibióticos, el sol era una “herramienta” contra la tuberculosis. Hoy se sabe que la luz solar refuerza nuestra inmunidad innata, ayudando a combatir la bacteria causante de la tuberculosis.
Te invito a que empieces por seguir algunas de estas recomendaciones para beneficio de tu salud:
Usa DIARIO un protector solar para protegerte de los rayos UV.
- Exponte lo antes posible a la luz natural, la luz brillante de la mañana es especialmente relevante para sincronizar el ritmo circadiano.
- Si tomas té o café, hazlo fuera, la combinación de cafeína y luz azul es sinérgica.
- Trabaja o estudia cerca de una ventana al menos durante una hora en la mañana. Si no es posible, sal unos minutos a caminar antes del mediodía.
- Intenta exponer parte de tu piel al sol cada día, la dosis ideal depende de tu tono de piel, cantidad expuesta, estación, hora y latitud, pero no dejes que la piel se enrojezca.
- Dos horas antes de acostarte, evita la luz artificial.
La luz del sol es necesaria para nutrir nuestras células y soportar muchos procesos vitales en nuestro cuerpo. ¡Aprovéchala con todos los cuidados!
Health Coach
“Davi Wellness”
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Instagram: davi.wellness
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